*Tres*

[Cuento Corto]




Había una vez una Pequeña Niña con una adorable sonrisa y una piel suave y blanca como la nieve. La Pequeña Niña temía salir por miedo a las tormentas, pero debía hacerlo porque su piel se hacía cada vez más frágil y no podría crecer.

Cierto día, la Pequeña Niña decidió cruzar la puerta y conocer cosas nuevas. Del otro lado había un sol enorme y hermoso, esperándola sonriente. Al conocerlo, la Pequeña Niña sonrió como nunca en su corta vida, sus ojos se hicieron brillantes y su piel se hizo más fuerte.

La Pequeña Niña y el Sol se hicieron amigos, les encantaba compartir momentos y confiarse cosas. La Pequeña Niña soñaba con días soleados, se despertaba con una gran sonrisa cuando el bello Sol se asomaba contento sobre su ventana.

La Pequeña Niña y el Sol se querían mucho, pero ella no sabía cuán contaminado estaba el Sol; así que cuanto más se acercaba a él, más se lastimaba. Por su parte, al Sol parecía no importarle el daño que le causaba, por eso no se preocupaba por protegerse, ni proteger a la Pequeña Niña.

Tiempo después, la inocencia y la inconsciencia dieron sus frutos. La adorable sonrisa de la Pequeña Niña era una simple mueca. Su piel blanca y sensible era áspera con cicatrices. Sus ojos brillantes estaban ciegos y apagados. Mientras que el Sol seguía igual (o al menos eso aparentaba): ante los demás parecía el mismo astro imponente y poderoso, pero en la realidad de la galaxia seguía siendo la misma estrellita insignificante. Eso último ponía muy mal al Sol, por eso mismo se obstinaba en desplegar su magnificencia ante los seres más pequeños.

La Pequeña Niña no deja de soñar con un Sol divino como el de antes, el Sol de mañanas y tardes alegres. El Sol que la hizo sonreír como nadie más. El Sol que iluminó los días de la Pequeña Niña. El Sol que hoy la hace temblar con un posible cáncer de piel.




Sabrina Vox – Enero 10, 2009

El Tiempo No Para
















Que alguien me diga la diferencia entre 2007 y 2008...

De Ansiedades y Fotografías

Una melodía. Una sonrisa.
Un contraste. Un desenfoque perfecto...

Lo loco de la fotografía es poder mostrar mi mundo a través de un lente. Algo tan simple... Y poder congelar el tiempo con sólo un disparador. Es maravilloso.


[Vox Photographs (c)
todos los derechos y ambidiestros reservados]